domingo, 24 de junio de 2018

Un titular sesgado puede confundir sobre la situación de los pensionistas en España

El INE acaba de publicar la Encuesta de Condiciones de Vida para España (ECV) con datos correspondientes a 2016. Dentro de esta encuesta se recoge el denominado umbral de probreza relativa, situado por convención en el 60 por ciento de la renta mediana de toda la población del país. Este umbral se puede considerar como una herramienta que refleja el grado de desigualdad en la distribución de la renta, al permitir comparar la posición de cualquier persona o colectivo respecto a la renta más habitual del mencionado 60 por ciento de la renat mediana. 


En ningún caso, a pesar de la reiteración año tras año en los medios de comunicación y redes sociales, se trata de una medida de pobreza porque cabe la posibilidad de estar por debajo de ese umbral y, sin embargo, tener una renta superior a la de la mayor parte de la población mundial. De hecho en la propia ECV existe otra referencia, el de carencia material calculado bajo el criterio AROPE de la Unión Europea, que evalua esa situación. 



Realizada esta aclaración, el porcentaje de personas por debajo del umbral de pobreza relativa en 2016 se mantiene alto en España (19,7%) aunque se ha reducido en una décima sobre el del año precedente. El descenso es un poco mayor en el tramo de población en edad de trabajar (18-64 años) al pasar del 21% al 20,4%.



Conocidos los resultados facilitados pro el INE, el Gabinete de Comunicación del Ministerio de Trabajo publicó ayer una nota titulada "La tasa de pobreza aumenta más de tres puntos entre los mayores de 65 años desde 2013". Hay que reconocer que el contenido en términos estrictos es cierto porque el porcentaje de personas mayores de 65 años situadas por debajo del umbral de pobreza se ha incrementado desde el 5,9% al 8,9% en el periodo 2013 bajo el método de alquiler imputado, es decir el que tiene en cuenta la propiedad de la vivienda. 






















La confusión puede aparecer cuando se analiza en detalle esa evolución y, sobre todo cuando se la incorpora en un contexto global. Para evitar esta confusión puede ser interesante para el lector disponer de un análisis temporal más amplio o que simplemente conozca la situación actual comparada de este colectivo coincidente en buen parte con el de jubilados y pensionistas. 


Como se puede observar en el gráfico, los mayores de 65 años han gozado desde 2006 de una renta muy favorable respecto a la media del país. La política de pensiones aplicada alejada de la cruda situación de la economía española (pensiones nuevas con cuantías crecientes y mantenimiento del poder adquisitivo de las existentes) les ha permitido en términos comparados mejorar su posición con el resto de la población. Así, el porcentaje por debajo del umbral de pobreza relativa ha disminuido significativamente hasta alcanzar el mínimo en 2013 (tan solo un 5,9% frente al 19,9% del conjunto de la población o un 20,9% de la población edad de trabajar).

Es cierto que ese trato favorable les ha permitido proteger a sus familiares en dificultades, pero en ningún caso han sido maltratados por la crisis, por lo menos en términos comparados con los millones de personas que perdieron su empleo y aquellas otras que han visto deteriorados sus salarios. 

La renta mediana ha mejorado porque el empleo ha mejorado bastante en España desde 2013 permitiendo reducir la tasa de desempleo desde el 26% al 16,5% de la población activa. Es cierto que una parte de los empleos creados pueden ser mejores en cuanto a su estabilidad y remuneración, pero en última instancia son personas y hogares que no tenían renta y ahora la tienen.

Este es uno de los motivos que explica que los mayores de 65 años hayan aumentado en 3 puntos su porcentaje por debajo de ese umbral de pobreza relativa que se observa en el periodo 2013 a 2016. Pero, además ese aumento ha sido compatible con una mejora de su renta incluso en términos reales (+3,8%). El resultado viene dado porque su incremento ha sido inferior al de la renta que marca el umbral de pobreza (+8%) y por eso los mayores de 65 años han perdido posición relativa. 

Cuando la cosas mejoran como consecuencia de la intensa creación de empleo que permite que 1,2 millones de personas sin ingresos mejoren su renta, un grupo de población puede empeorar relativamente, pero en mi opinión no debe ser objeto de preocupación cuando mantiene todavía una distancia de 11,5 puntos porcentuales con la población en edad de trabajar. De hecho esta es una de las principales lecturas de la ECV de 2016, la ventajosa posición de la que disfrutan los mayores de 65 años en comparación con el resto de la población y, sobre todo, con las personas más jóvenes.

El proceso no es el ideal porque el desempleo sigue siendo muy elevado, pero marca una senda deseable: que en un escenario de mejora continuada de la renta mediana en España, los diferentes colectivos de población por edades converjan en los porcentajes por debajo del umbral de pobreza. 

A falta de trabajar para conseguir ese objetivo, algún malpensado podría creer que la noticia mencionada más que informar pretende criticar a gobiernos anteriores y/o crear el caldo de cultivo necesario que justifique nuevas subidas de pensiones sin tener en cuenta la situación y necesidades presentes y futuras de todos los españoles.

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