domingo, 2 de diciembre de 2012

Flexibilidad interna y reforma laboral



Uno de los principales objetivos de la negociación colectiva es conseguir un grado adecuado de flexibilidad interna, es decir, acomodar el uso del factor trabajo (salarios y condiciones) a la evolución de la actividad en la empresa (ventas, beneficios, planes de inversión para fortalecer o ampliar la capacidad de producción). El concepto tiene un doble sentido: la empresa puede adecuar el factor trabajo a sus necesidades, sobre todo cuando las cosas van peor, a cambio que los trabajadores puedan participar activamente en el desarrollo del proyecto empresarial y acceder a las ventajas cuando las cosas van bien. Un adecuado grado de flexibilidad interna prima el ajuste por precio (salarios y condiciones de trabajo) frente a la cantidad (empleo). El acuerdo de Renault es uno más de los que se han aplicado en el marco laboral español desde hace tiempo porque en este tipo de empresas, de gran dimensión, se dan las condiciones (y se han trabajado por ambas partes) para disponer de una negociación colectiva amplia y profunda.

Desgraciadamente, la dimensión de la mayor parte de las empresas españolas y una normativa que apostaba por la flexibilidad externa (temporalidad como elemento de ajuste) ha restringido mucho el desarrollo de una actitud más cooperativa. La reciente reforma laboral ha deteriorado severamente la posibilidad de extender la flexibilidad interna en el tejido productivo español al desequilibrar el poder a favor de unas partes, la empresa, e, incentivar los proyectos de corta duración y altos beneficios inmediatos apoyados en la competitividad a través de malas condiciones de trabajo y salarios bajos.

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